Existen cuatro tipos de telemedicina, aunque en diversas áreas y momentos pueden desarrollarse más categorías: Telemedicina Interactiva, No Interactiva, Teleexperticia y Telemonitoreo. También podemos distinguir entre atención en tiempo real y diferida mediante el envío de información almacenada, refiriéndonos en este caso a la Telemedicina Interactiva y a la No Interactiva, respectivamente.
La Teleexperticia se refiere a la actividad médica en la que dos médicos intercambian conocimientos, historias clínicas, decisiones de manejo, terapias e información científica. Generalmente, esta comunicación se da de un especialista a un médico de menor rango o a otro especialista que no cuenta con las herramientas tecnológicas o el conocimiento suficiente para abordar un tema específico o un caso clínico en particular.
Cuando hablamos de Telemonitoreo, nos referimos al seguimiento en tiempo real de información, como la recepción constante de imágenes y datos enviados por un equipo que detecta, clasifica y envía información sobre un paciente desde su casa o desde un centro clínico al médico encargado de su seguimiento. Esto puede incluir mediciones como la presión arterial, el ritmo cardíaco, la oximetría, entre otros.
Un ejemplo más avanzado sería la posibilidad de realizar cirugía robótica a distancia, en la cual el cirujano podría encontrarse en otro país o incluso en otro continente y llevar a cabo la cirugía utilizando telemandos conectados al quirófano a través de la web. Aunque esta opción aún no se utiliza ampliamente, representa una posibilidad prometedora en el campo de la telemedicina.
En cuanto a las ventajas de la telemedicina, podemos considerar varias:
- Facilita el acceso rápido a la información tanto para el médico como para el paciente.
- Proporciona una protección total contra contagios (durante la pandemia de Covid-19, se implementó y perfeccionó esta metodología de consulta).
- Permite que la familia participe activamente en la consulta junto al paciente.
- Reduce los costos relacionados con el desplazamiento y la estadía.
- Disminuye el tiempo necesario para el diagnóstico y el inicio del tratamiento.
- Para el médico, también conlleva múltiples ventajas, como el ahorro de tiempo en desplazamientos, mayor seguridad, la capacidad de revisar material de laboratorio e imágenes, y acceder a información científica en tiempo real.
- Facilita la comunicación simultánea con colegas, permitiendo la colaboración médica.
En general, se ha observado que la telemedicina reduce el tiempo de espera para recibir atención médica.
En cuanto a las desventajas, podemos mencionar que son menos numerosas y pueden limitarse a que el paciente o su familia sientan desconfianza en cuanto a la efectividad de este tipo de consulta, que el paciente necesite una evaluación física o que desee una interacción personal con el médico. Otra posible desventaja podría ser la dificultad que el paciente y su familia puedan tener en el manejo de la tecnología o la falta de acceso a la tecnología adecuada.
En relación a la realización del examen físico, el especialista a distancia puede apoyarse en otro especialista local para completar la evaluación y tomar decisiones médicas acertadas.